Antes de llegar a Purmamarca, viendo desde San Antonio de los Cobres, vas a pasar por la Salina Grande. Una interminable imágen, en la que no se termina de distinguir el horizonte. Es inimaginable el paisaje, realmente hay que estar ahí para poder ver lo que es eso. Con mis palabras no basta para expresarles lo que se siente manejar y sentir ese colchon de sal...es como estar suspendido en una nube. Lo único, hay que tener mucho cuidado porque puede ser que alguno haya dejado una parcela sin tapar y sin tenerlo planeado se van a encontrar con un crater del tamaño de un auto. Ahí se les va a acabar todo el encanto.
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